jueves, 12 de marzo de 2009

El amor, el gran desconocido.

Parece ser que hoy en día si se te ocurre la fatídica idea de comentar algo semejante a "No estoy enamorado" caes en la decadencia de ser llamado inhumano, asocial, parias por el resto de la humanidad. Por eso siempre es mejor decir que estas enamorado.
La hipocresía abunda en todos los sentidos, y no ibamos a escasear en este, donde tambien nos llevamos el sobresaliente. La gente como antes he comentado alega estar profundamente enamorado de otra persona, sea del mismo sexo o no, y como no, con una sonrisa entre dientes te puede llegar a comentar que es lo mejor que le ha pasado en su vida. 
A cualquier cosa llaman amor, ya que casi siempre llega otra persona y zas se acabo el amor, así sin más, sin dilaciones de por medio.
Pero no solo en este tipo de amor nos llevamos la palma (el que los griegos llamaban eros) sino en las otras variantes de la palabra. 
Por ejemplo, hoy en día nos enorgullecemos de ser progresistas, modernos, supermegaguays, y cuando sucede algun escandalo de violación, secuestro o cualquier otra portada de periódico, nos ponemos las manos en la cabeza, y en los casos más extremos (los que se denominan: "yo soy todo corazón") se atreven a llorar. Por este lado de la balanza muy bien, hasta se puede decir que somos "humanos", pero después te das cuenta que no es más que otra pantomima, cuando ves que esta misma gente desprecia al honesto, al justo y al bondadoso. Al que quiere hacer el bien no se le elogia, ¿para qué? ¿por qué ayudar al pobre, al necesitado o al huérfano? Es mucho mejor centrarse en uno mismo, ya que al final quien importa eres sólo tu, sólo se vive una vez...

Yo, en mi ingeniudad característica principal de mi mocedad me doy cuenta de que tal vez nunca he estado enamorado, sería un sueño el que me atrajese como una fuerza gravitatoria aquella chica y quisiese tenerla siempre a mi lado, mejor dicho una pesadilla, no sé lo que es el amor, pero si me preguntan diré que estoy terriblemente enamorado, ¿de qué? No lo sé.

El amor, debe ser como Dios, algo que los humanos trazamos de inexistente, inecesario, retrógrado, irrealista. Según manuscritos antiguos las dos cosas vienen a ser lo mismo.


Como ya comenté, hago un llamamiento para volver a atarnos con cadenas en la caverna.