lunes, 2 de febrero de 2015

Un modelo de futuro para Tarragona


Las comarcas tarraconenses han sido una de las más castigadas por la crisis, si a principios de 2007 la tasa de paro era de un 7%, ésta subió hasta un 21,86% en 2011 antes de la reforma laboral. Actualmente la tasa es de un 23,79% agravándose por el alto paro juvenil, y por la lamentable situación del incremento de parados de larga duración.

Aunque bien es cierto que la crisis económica ha sido mundial, cabe decir, que los diferentes gobiernos catalanes, tanto en la Generalitat como en los municipios, poco han hecho para cambiar una tendencia que nos ha llevado hasta una situación de pleno desastre. Es más si algo hay que destacar es que la cultura del ‘ladrillazo’ ha continuado como forma de justificación, en vez de pensar en un modelo económico capaz de autogestionarse, se ha apostado por continuar el boom de la construcción. Pero al final, este laboratorio neoliberalista, del cual el camp de Tarragona ha sido uno de sus puntos más importantes, ha llevado a un fracaso de modelo, y a la necesidad de empezar uno nuevo.

Es inviable que con una exclusión social tan alta, hace poco salió una noticia donde se exponía que 38 colegios de las comarcas tarraconenses estaban en alerta, se pueda seguir fomentando proyectos colosales que no llegan a nada. Y hablamos en concreto de grandes construcciones inacabadas como el Mercat Central, La Tabacalera y el párking Jaume I en Tarragona, el teatro de Constantí, o proyectos acabados que están sobredimensionados como el Hosptial Sant Joan de Reus.

Todo lo anterior se contrapone con el modelo económico impulsado por la Generalitat, que mientras por un lado deja morir el tejido industrial químico del camp de Tarragona, augura por una política económica basada en turismo ludópata y de pésima calidad. Quieren hacer que Tarragona sea unas Vegas, y que nuestras futuras generaciones tengan trabajos precarios, que les haga ser dependientes de las políticas de las multinacionales de turno.
Nosotros queremos contraponer ese modelo, y buscar uno que sea más justo, equilibrado y coherente con la realidad histórica de nuestro territorio. Las comarcas tarraconenses tiene dos buenos factores a tener en cuenta, el primero es la gran infraestructura para el desarrollo de la industria química, con un puerto polivalente, y unas conexiones óptimas para ser un centro de importación importante. En segundo lugar, nuestra intención es devolver la importancia al campo, y trabajar por un modelo sostenible en el cual primen los productos locales y de calidad, que fomenten una cultura mediterránea rica, sana y variada.

Es por ello que nuestro mayor deseo para las tierras tarraconenses sea buscar un modelo de futuro sostenible y capaz de adaptarse a las necesidades sociales del entorno.