miércoles, 24 de junio de 2009

¿Por qué los hombres somos animales de bellota? Nº1

Después de largos días de observación he llegado a la conclusión de que los hombres (el género varón de los humanos) son animales de bellota, o de pezuña partida según se mire. Explicaré a continuación uno de los motivos:

FILE#001 : Miaradas perversas a traseros

Es extraño, no tiene ninguna lógica aparente, es más propio de aninales pero igualmente no hay hombre que no gire la cabeza cuando ve el culo de una hembra. Y es así, es como un tic natural que poseen, da igual si la que pasa es bella (en argot de la calle "Esta buena") o es una desafortunada, el movimiento del cuello es el mismo. Las expresiones faciales demuestran si es del agrado del macho o no.
Lo sorprendente del caso es que da igual si el varón esta con la pareja al lado, esta con los amigos, esta casandose, estan robandole el coche, esta suicidandose, da igual lo que haga, y también da igual con quién esté, debe girar la cabeza y mirar el trasero de la hembra.
En mis investigaciones iniciales pensé que la parte trasera de las féminas tenía algo de especial, algo que te podía poseer, pero no, no encontré nada más que lo que resulta ser : unas nalgas como las que tiene todo el mundo. Así que concluí que al igual que los perros utilizan un sistema de olfateo de los traseros, nosotros los humanos tenemos un sistema parecido pero con la vista.

Por eso niñas, chicas, mujeres, señoras, y ancianas que no os indigne si os miran el trasero, o si vuestro amado acompañante gira la cabeza desorbitandose de la gravedad para ver un culo, no es culpa suya, es algo de lo más natural, es como cerrar los ojos cuando miras al sol, perdonadles o mejor aun compartir con él la afición, tal vez os gusta también.

Yo por mi parte no soy capaz de comprenderlo, pero esta claro que para que no me llamen extratarrestre giraré la cabeza como uno más, a lo mejor algún día encuntro el sentido de la vida en las nalgas de una doncella.

domingo, 21 de junio de 2009

De nuevo la derecha

Como hemos podido evidenciar en las últimas elecciones al parlamento europeo, hay una creciente subida de la derecha en europa. A muchos les extraña a otros les preocupa, pero tengamos en cuenta que la historia avala y demuestra que este cambio es de lo más normal.
Pues sí, después de un cambio significativo de las políticas más abiertas suele haber un periodo de cierre de filas. En España eso viene pasando desde el siglo XIX, cuando empezarón a rotarse en la débil democracia post-constitucional (la de 1812, la 'pepa') una série de gobiernos entre conservadores y progresistas. Grácias a este ejemplo de España podemos también ver que si por algún motivo el periodo por una de las partes es muy largo o de muchos cambios políticos (vease la República) inmediatamente los siguientes años son correspondidos por políticas ultras (ya sea conservadoras o progresistas), en el ejemplo anterior la dictadura.

Estos cambios también van arraigados a situaciones económicas, pero es algo de lo más lógico, cuando las cosas van mal (aumenta el paro, sube e IPC, etc...) se suele confiar más en las póliticas de derechas, que utilizan el clásico método de cerrar filas y mirar para casa como solución del problema. En cambio cuando las cosas remontan y van establemente bien la gente prefiere cambios sociales e institucionales así que votan para el lado contrario. Fijemosnos en la subida al poder de los Nazis con Hitler, es verdad que fué un lider carismático de aquela época pero su subida al poder fué gracias a que en aquel momento había una situación económica deplorable en Alemania.

Y ese es el ciclo que llevamos siguiendo desde hace años y años, recordemos que después de la super avanzada Revolución Francesa, llega Napoleón y con infúlas de régimen abierto crea un estado imperiaista con él a la cabeza.

Seamos conscientes que desde que la democracia es democracia la alternación de los dos sentidos es y será algo normal.


sábado, 20 de junio de 2009

Ezequiel 25:17

“El camino del hombre recto esta por todos lados rodeado por las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que en nombre de la caridad y de la buena voluntad saque a los débiles del valle de la oscuridad. Porque el es el verdadero guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. ¡Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos! ¡Y tú sabrás que mi nombre es Yahvé, cuando caiga mi venganza sobre ti!”


Jules Winnfield (Pulp Fiction)

martes, 9 de junio de 2009

Relatos Breves nº3: Pobre Mariano

Mariano era un hombre sencillo, amigable y bonachón o eso decían los que le conocían. Tenía dos aficiones el futbol y el alcohol. Su mujer siempre le decía que los dos vicios le iban a matar y es que Mariano era un hincha de verdad. Cada mañana bajaba al bar de la esquina a tomarse un carajillo bien cargado y leer el diario deportivo. “Este año ganamos la liga Rodolfo, que nos la llevamó”.
Después de tomarse el café cogía el bus municipal, que le salía gratis e iba a ver los entrenamientos de su equipo. “Ánimo campeones, vamos a gana”. Y se pasaba el mediodía animando a su equipo, mientras pedía en el bar una cerveza tras otra.
Su mujer la señora Agustina siempre le tenía el plato preparado. “Mariano niño, que se te va a enfriar el arró”.
Siempre llegaba tarde. Comía viendo las noticias deportivas, cambiaba de canal constantemente, solo le gustaba escuchar los comentarios hacia su equipo. En la comida Mariano no se privaba. “Agus échame más vino, anda”. “No bebá más que el matasanos te dijo que no era bueno”, decía mientras le llenaba el vaso a rebosar.
Después de la comida Mariano bebía un café y mas tarde una copita de anís. Acto seguido se quedaba frito en el sofá.
Le gustaba ver las telenovelas con su esposa, así hacía tiempo para que los bares volvieran a abrir. Cuando el reloj marcaba las 5 le daba un beso a su mujer y se marchaba.
Visitaba varios bares de la zona, y solía charlar de los nuevos fichajes de su equipo, del entrenador, del campo, y de cualquier cosa relacionada con el fútbol. En cada local se tomaba un par de medianas, y si podía algún que otro copazo.
Por las 9 volvía a casa, andaba un poco despacio por culpa de la gota. Se sentaba en el sofá y escuchaba un programa de radio sobre su equipo de fútbol. Cuando la señora Agustina acababa de preparar la cena, comían juntos. Mariano comía hasta saciarse y se tomaba tres o cuatro copas de vino. Al acabar, se iba a la cama y se dormía placidamente.

Por suerte la rutina no siempre era la misma, cada dos domingos Mariano iba al estadio. “Agus, prepárame el bocata que me voy a ver a mis chicos, y lléname la petaca de JB”. Él se llevaba todo, la bufanda, la camiseta, la gorra, la bandera, la trompeta… todo por animar a su equipo. En el estadio se pasaba más tiempo esperando la cola del bar que en su asiento. Maldecía, gritaba, insultaba al árbitro e incluso lloraba si su equipo perdía. “Joer macho, este año tampoco”. Dependiendo del resultado llegaba a casa con más o con menos humor.

Un día de victoria Mariano se quedó en el bar de la esquina hasta altas horas celebrando el paso a la final, solo quedaba el camarero y él. Después de tomarse tres cubatas Mariano empezó a marearse y cayó al suelo estrepitosamente. El dueño del bar lo vio. “Este tío esta muerto”. Lo saco del bar arrastrándolo afuera al arcén de la calle.
El cuerpo inerte de Mariano se quedó rígido, vestía como los domingos de fútbol, con su camisa, su gorra y su bufanda. El dueño del bar, bajó las persianas y cerró el bar, tuvo la amabilidad de poner un pin del equipo de Mariano en su pecho frío.

Al día siguiente la señora Agustina recibió una llamada de la policía informando del fallecimiento de su marido, “Ay no me diga eso seño agente, con la ilusión que tenía mi Mariano de ver a su equipo ganar la Champion, ay que pena más grande”.

jueves, 4 de junio de 2009

Dogville

Bueno hablar de Dogville es hablar de una genialidad sin lugar a dudas. Apenas antes había visto una película de Lars von Trier pero esta claro que a partit de ahora lo tendré más en cuenta. 
Dogville trata de la moralidad humana, como puede cambiar con el paso del tiempo, y como el prisma se ve de diferente color si lo enfocas desde diferentes puntos de vista. Lo que a la perspectiva humana parecía aparentemente blanco, poco a poco se agrisacea y se convierte en un negro. Una película muy recomendada y básica para cualquier amante del séptimo arte. 
El montaje (todo ocurre en un mismo plató) y la forma de grabación muy originales, y aunque al principio nos puede crear ciertas dudas, a medida que pasa la pelicula uno se acostumbra y al final, hasta lo agradece, ya que se puede apreciar mucho más cada detalle.

En definitiva, si quereís ver alguna sinopsis buscarla en el google, aunque yo prefiero que ni siquiera os molesteís en leerla, mirar el largometraje y opinad vosotros mismos.