miércoles, 21 de octubre de 2009

Relatos Breves nº7: Reina de las flores

REINA DE LAS FLORES



Querida Gloria,


Si te soy sincero no sé muy bien el motivo por el cual estoy escribiendo esta carta, a sabiendas que la destinataria nunca la recibirá. Supongo que lo hago más por mí que por ti.
Estaba en lo cierto, esto no va a ser nada fácil.

Al principio, después del suceso, reinó en mi el escepticismo, tuve un cierto grado de enajenación mental y una sensación de estar rendido, vaya, no tenía ganas de nada.
Bueno, la verdad es que ahora tampoco estoy muy animado, estos días he estado algo huraño con las personas que orbitan en mi, aquellas de las que tantas veces te hablé y nunca conociste.

Dijiste que el tiempo lo curaría todo, pero tal vez no quiera curarlo, tal vez esta herida quiero que este presente toda mi vida. Como cuando un soldado pierde la mano en la guerra, que durante el día sabe que no la tiene, pero por la noche sueña que juega con ella.

Supongo que debo empezar otra vez a hacer vida normal, ya sabes, trabajar, estudiar y todas esas rutinas. Sinceramente, no me apetece nada, pero si miro atrás estoy perdido.

Lo más funesto, creo, son los planes que tenía en mi cabeza, aun a sabiendas de que ocurriría al final me imaginé un futuro idílico, tu y yo, en una casa de madera, con un perro y dos niños, y todo eso que salen en las películas Yankees. Pero he saboreado la tierra, y ahora tengo la boca llena de gusanos, estoy desnudo cual bebé sale de la madriguera.
Me resigno a vivir de la nostalgia, pero es un yugo agradable, bonito de soportar y que de seguro me ayudará en el futuro.

Nace un nuevo periodo, Epi se ha quedado sin su Blas, el gordo ya no se puede reír del flaco, Adán perdió a su Eva.
Es tiempo de hacer balance, de dar el primer paso a solas, por suerte tu recuerdo será la barandilla que me hará soportar el peso de mi maltrecho cuerpo, el sol que iluminará la oscuridad.

Te lo dije, la inmortalidad solo se consigue a través de los recuerdos, de nuestras acciones, por eso tú aun sigues viva.

Si la última vez que nos vimos te sonreí, era porqué deseaba que la última imagen que tuvieses de mí fuera feliz, alegre como cuando íbamos a pasear a merced de las farolas, como cuando visitábamos exposiciones agarrados de la mano, como cuando debatíamos acerca de cualquier tema, ya sea política, religión o arte. Por eso te sonreí.

Hubo secretos que no supiste, secretos sellados con el más fuerte candado y tirada la llave en altamar. Igualmente nunca te mentí respecto a lo que pensaba. A ti no. Sin embargo hay cosas que deberías haber conocido. Lo siento.

La gente nunca entendió lo nuestro, nunca lo entenderá, era diferente a todo.

Me dijiste que me buscara a otra persona. Don Quijote solo tuvo una Dulcinea. Ahora mismo no tengo ganas y tampoco quiero pelear, he perdido la batalla, aunque sé que queda guerra para largo.

La gente que tengo alrededor me ha arropado como cuando la gallina cubre con sus alas a los pollitos. Estoy bien. Te lo prometo. Saldré adelante.

Tuvo gracia que la última frase que me dijeras fuera “Ad astra per aspera”, parece ser que ha sido nuestro lema.

Todavía escucho nuestra canción.

And so I wake in the morning
And I step outside
And I take a deep breath and I get real high
And I scream at the top of my lungs
What's going on?

Te amo.


Hasta siempre, cuídate.

sábado, 17 de octubre de 2009

Primera premisa

Hay dos cosas de las cuales nunca hablaré, mi boca guardará silencio, mis labios se sellaran.

La primera cosa por la cual nunca pronunciaré palabra alguna, es aquella de la que desconozco, es decir, no hablaré de aquello que no sé, puesto que si dialogara sobre cosas que no tengo conocimiento sería un ignorante.
La segunda cosa por la cual nunca me veréis tener conversación, es aquella que no me importa, es decir, que no tiene transigencia alguna para mi vida, lo absurdo, lo idiota o lo in trascendental, ya que se dialogara sobre aquello que no tiene importancia sería un entrometido y un imbécil.

Por eso y ante vosotros pronuncio este juramento. Ea, que así sea.

miércoles, 7 de octubre de 2009