sábado, 15 de febrero de 2020

Éramos auténticas mierdas sin disfraz alguno



“Él estaba borracho, yo ciego, aunque tratamos de ser amables. Yo estaba hundido, pero estábamos listos para cambiar. Seamos francos, era un bluff y la vida surrealista no era fácil. Yo era una piltrafa y mentimos para nuestra gran sorpresa. 

Toda la mierda que hicimos nos hizo ganar pasta, supongo. Y aquellos repelentes mocosos fueron un absoluto éxito. Nos ayudaron a conquistarlo y a aprender en este infierno. 

La vida nos enseña que no debemos pasarnos de listos, admitamos que nuestros errores desencadenaron nuestra ruptura, éramos auténticas mierdas sin disfraz alguno, lo que no es una sorpresa. 

Tratamos de permanecer jóvenes,y pudimos con las notas altas. Hemos sido marcados y valorados como puedes ver nuestros ojos. No quiero pasarme de listo, pero lo hicimos”.


The Who - I don't wanna get wise

lunes, 3 de febrero de 2020

El Quijote de Nebraska



El Quijote de Nebraska


En 2013 salió en las grandes pantallas una película que estaba destinada a no ser un blockbuster. Un largometrajes sin ínfulas de nada. Su objetivo era poco más que contar una historia sin rodeos: un viejo chocho, de mirada perdida y obstinado, cree que le ha tocado un premio que a cualquiera le sonaría a estafa. Punto. Su hijo, por petición de su madre se ve obligado a hacerle volver a sus cabales. Punto.

Es una Road Movie, sí, otra road movie. Es en blanco y negro, sí, otra película en blanco y negro. Pero ¿qué tiene de diferente Nebraska? Sin duda su transparencia, su crudeza y su exposición a la máxima de 'esto es lo que hay'.

Dice el famoso crítico de cine Carlos Boyero que descubriremos todo lo bueno de Nebraska en la segunda visión. Así es. El paralelismo con el Quijote es abrumador. En una tierra deprimida de hidalgos americanos, de conformismo y patetismo, un viejo es capaz de mantener una estúpida vela de ilusión. 

¿Es una película postmoderna? Seguramente. ¿Es una película real? Como la vida misma.