sábado, 12 de noviembre de 2022

La primera regla del Club

 



En 1999 se estrena en los cines “El Club de la Lucha”, una película dirigida por David Fincher y escrita por Jim Uhls. El filme está basado en el libro homónimo escrito por Chuck Palahniuk.


La historia va sobre un hombre que, harto de la monotonía de la vida y con un vacío existencial, genera una bipolaridad mental sin él darse cuenta. Su alter ego es Tylor Durden, protagonizado (¿cómo no?) por Brad Pitt. Durden es todo lo que el narrador quiere ser: listo, atrevido, guapo y anárquico. Pero, en su proceso kafkiano se cruza Marla Singer, otra chica con severos problemas que también está en busca de sí misma.

Durden, en sus ansias de crear un espacio donde imponer su forma de pensar crea el Club de la Lucha. Un espacio en el cual el nihilismo impera por encima de todo.

Tanto la película como el libro no tuvieron muy buena aceptación por parte de la crítica, pero no tardaron mucho en convertirse en obras de culto. 

En poco tiempo pasaron cosas como que marcas como Dolce & Gabanna, Gucci o Versace comenzaron a imitar el look ‘club de la lucha’, o jóvenes se marcaban las manos con ácido y superglue, o se abrían clubs de la lucha clandestinos por todo el mundo, o estudiantes universitarios pelearon por sus derechos a pegarse durante la noche, o se abrían páginas pornos con el club de la lucha del barro, o que chicos se cambiaran el nombre por Tyler Durden, o se crearán graffitis que pusieran Tyler Durden vive, o hubiera una ola de camisetas en Texas que ponían ‘Salvar a Marla Singer’.

jueves, 25 de agosto de 2022

Ricos y pobres según Bukowski

 



Ricos y pobres según Bukowski


"Mi padre me había enviado a ese instituto para ricos deseando que se me pegara el aire de los dirigentes mientras observaba a los muchachos ricachones haciendo chirriar sus cupés color crema y acompañando a chicas de trajes brillantes. Sin embargo aprendí que los pobres normalmente permanecen en la pobreza. Que los jóvenes ricos husmean el hedor de los pobres y aprenden a encontrarlo divertido. Tienen que reírse, porque de lo contrario sería demasiado aterrador. Han aprendido eso a lo largo de los siglos. Nunca perdonaré a las chicas por meterse en esos cupés color crema con los rientes muchachos. No podían evitarlo, por supuesto, pero siempre pensabas que tal vez...Per no. No había tal vez. El bienestar económico significaba victoria, y la victoria era la única realidad

¿Qué mujer elige vivir con un lavaplatos?"



Fragmento del libro La senda del perdedor de Charles Bukowski

sábado, 13 de agosto de 2022

Venganza en la Casa de los Espíritus

 


Venganza en la Casa de los Espíritus


Hace poco más de un día, acabé la lectura de La Casa de los Espíritus de la escritora chilena Isabel Allende. Las primeras impresiones al acabar la historia han sido de placer y satisfacción. El libro ha ido increscendo en cuanto a interés y, como se sabe, me ha apasionado su parte más política y social.

La historia de La Casa de los Espíritus ronda en torno a tres familias: Los Del Valle, los Trueba y los García. Cada una representa una forma de ver el mundo al principio, pero que al igual que los afluentes de un río, acaban uniéndose y entrelazando sus historias. El realismo mágico de Allende resulta sutil y nada pesado, y es casi un actor secundario. El libro, que transcurre más de 70 años de la historia de Chile, recorre la vida de tres generaciones familiares. 

Si me he animado a escribir esta entrada, más que nada, es para hablar de una de las temáticas que Allende pone encima de la mesa: la venganza. Las catástrofes naturales, políticas y sociales, provoca que los protagonistas deban tomar decisiones apresuradas y poco meditadas, en especial el personaje de Esteban Trueba, que como se dice, es la espina dorsal del libro. Estas decisiones conllevan miedos, rechazos y odios, los cuales se traducirán con el tiempo como venganza. 

Y es que la venganza, como cantaba Yosi del grupo Los Suaves son semillas de destrucción. Por culpa de ellos estamos dispuestos a acometer las mayores atrocidades imaginables e inimaginables. Y así nos va, así va el mundo, de venganza en venganza, de padres a hijos, de abuelas a nietas. Una vorágine tan natural e inalienable a la humanidad.



¿Por qué tu no sabes que los odios son semillas de destrucción? 

domingo, 26 de junio de 2022

Nº 24 El aseo del AVE

 El Aseo del AVE

 

Era lunes, iba a Madrid, a una reunión seguramente. No andaba fino, había privado el día anterior más de lo debido. A veces lo hacía, no se por qué razón pero lo hacía. Cuando llevas varios días bebiendo mucho las mierdas son diferentes. Yo cago negro, son duras y muy negras las mierdas.

Como decía estaba rumbo a Madrid y me pilló un apretón. Fui al lavabo del tren. Son pequeños y yo que soy pati largo sufro. El asiento es muy bajito y tengo que hacer una pose de yoga para cagar. Por suerte los tienen muy limpios y nunca te falta papel de váter. No es como los trenes de corta distancia que son una basura. Siempre están sucios y guarros. Normalmente, hay un charco de pis en el suelo que si te bajas muchos los pantalones te los manchas.

Mientras cagaba se abrió la puerta. No me había acordado de poner el pestillo seguramente por la resaca que tenía. Un hombre me miró a través del espejo como estaba cagando. Nos quedamos quietos unos segundos. No dijo perdón ni nada por el estilo y al cabo de unos segundos, que se hicieron interminables, volvió a cerrar la puerta.

Cuando cerró la puerta seguí apretando para sacar toda esa mierda con alcohol que tenía dentro. Al cabo de dos minutos, volvió a abrir la puerta. Era el mismo tío, nos quedamos mirando un rato más. Unos segundos y volvió a cerrar la puerta.

Acabé de hacerlo todo y me limpié las manos. En el AVE el agua sale con mucha potencia el agua del grifo y siempre salpica. Por mi altura, siempre me cae en la zona de la bragueta con lo cual siempre parece que voy meado. Entre la resaca y los pantalones meados salí de aquel aseo. No vi al tipo. Quizás quería observarme,o era un fisgón de gente guiñando o a lo mejor estaba en el otro baño que estaba ocupado. Quien sabe.


domingo, 5 de junio de 2022

Poseía, Roberto Álamo

 ACOJONADO


¡¿Te gusta mi mujer?!

¡¿te parece guapa?!


Federico

acojonado

no contesta

y claro 

el otro

sigue dale que te pego


pues a mi ni me gusta ni me parece guapa

¿para qué mierdas quiero yo una mujer que este buena?

¿para que tenga que pegarme de hostias

con todos los tíos que se la quieran follar?

¿para que tenga que cortarle los huevos 

a cada hijoputa que le mire el culo?

¡¡HAY QUE SER GILIPOLLAS!!

¡mi mujer es fea pero buena!

me da hijos y además se ocupa de ellos

¿me entiendes?

tu dime a mi qué clase de educación

le voy a dar a mis hijos

con una madre que parezca una puta

¡¡A TOMAR POR CULO!!

y que conste que yo a mi mujer la quiero y la respeto,

pero si quiero hacer guarradas me voy de putas

que para eso están


juro que este poema no es ficción

es más

quien así hablaba es

una persona muy cercana a Federico

vamos que es pariente suyo 

vamos que es su hermano

vamos que se llama Javier

y no te digo los apellidos

la dirección

y el numero de teléfono

porque no los tengo

o porque Federico

podrías ser tú

y Javier

podría

ser 

tu hermano.



Poema de Roberto Álamo en Amantes venía de amar

viernes, 22 de abril de 2022

Poesía: Idea Vilariño

 Noches de sábado de Idea Vilariño


Todo el aire
los cielos
el vasto mundo ebrio
dan vueltas y más vueltas y más
alrededor de este cuarto esta cama
esta luz esta hoja.
Toda la vida
toda
vibra frágil y densa
o brilla por ahí
o se rompe en lo oscuro.
Toda la vida vive
toda la noche es noche
el mundo mundo
todos
están afuera están
fuera de aquí
de mi ámbito
para todos es sábado
es la noche del sábado
y yo estoy sola sola
y estoy sola
y soy sola
aunque a veces
a veces
me invade a veces una
nostalgia de la vida.

viernes, 4 de febrero de 2022

Nuestro nombre


 


"Mi nombre me había llegado a través de siete generaciones de hombres con el mismo nombre que habían dado al primer hijo el mismo nombre que el padre de modo que las madres tenían que ponerles motes a los hijos para no confundirles con los padres cuando gritaban llamándoles al aire libre y ellos estaban trabajando codo a codo hundidos hasta la cintura en el trigo. 

Los hijos acabaron creyendo que su madre era el mote que oían flotar a través de esos campos y atendían a esos motes y construían la idea de su identidad en torno a ese sonido sin jamás imaginarse siquiera que su nombre oficial estaba esperándoles escrito en algún documento de Chicago ni que ése sería el hombre al que antepondrían el "Mr." ni que ése sería su nombre al morir.


2/5/80

Homestead Valley, Ca."


Fragmendo del libro Crónicas de motel de Sam Shepard


sábado, 22 de enero de 2022

Roberto Bolaño


"Supongo que quiero decir que Kafka comprendía que los viajes, el sexo y los libros son caminos que no llevan a ninguna parte, y que sin embargo son caminos por los que hay que internarse y perderse para volverse a encontrar o para encontrar algo, lo que sea, un libro, un gesto, un objeto perdido, para encontrar cualquier cosa…"

Roberto Bolaño. El gaucho insufrible