sábado, 14 de septiembre de 2019

La vanguardia musical se viste de flamenco


La vanguardia musical se viste de flamenco


Sin duda el flamenco es un estilo que pasó las fronteras españolas hace muchos años. Un estilo que llena todavía los auditorios más importantes de medio mundo. Curiosamente, tras el legado de Paco de Lucía, Camarón de la Isla, Remedios Amaya o Enrique Morente, todavía el flamenco es capaz de reinventarse y seguir siendo un movimiento de vanguardia musical a nivel estatal e internacional.

Si el último cuarto de siglo pasado sirvió para internacionalizar el cante jondo, gracias en parte, a la fusión que supieron hacer sus integrantes (fusiones con el jazz, blues, funk e incluso rap), este primer cuarto del siglo XXI ha explotado más si cabe este arte centenario.
Estos últimos años hemos visto el nacimiento de muchos nuevos artistas emergentes que parten desde el flamenco para aventurarse a estilos más contemporáneos. En este artículo quiero destacar a la nueva tríada vanguardista de la música en España.

Los tres componentes que quiero destacar tienen estilos diferentes, pero todos comparten una base flamenca. Tres nuevos referentes que si nada se tercia nos sorprenderá en estos próximos años.




El primero que quiero destacar es al granadino Dellafuente. Este artista se ha convertido, con permiso de otros traperos como C.Tangana o Yung Beef entre otros, en uno de los grandes maestros del Auto-Tune. Esta herramienta tan denostada a principios de siglo se ha convertido en un catalizador para nuevos cantantes emergentes que no sólo estilizan su voz, también son capaces de modularla y seguir avanzando en el uso de la electrónica en la música. En el caso de Dellafuente la base flamenca que utiliza en muchas de sus canciones provoca estímulos chill-out capaces de evocarnos esos sentimientos tan íntimos del flamenco. Aunque tiene una faceta más comercial sus LP hasta la fecha son más personales y merece la pena pasarse una tarde recorriendo su cancionero. Letras sencillas y costumbristas, que evocan a Lorca.









La segunda deidad de esta trinidad es una cantante archiconocida en el mundo entero: Rosalía. La catalana es quizás la artista más internacional a nivel de España. Su talento fluye más allá de su característica voz, melosa, cuidad y ágil. Al igual que otros grandes artistas de su talla como Michael Jackson, tiene una coreografía espléndida y su vestuario glam-choni es original y rompedor. Marca estilo donde va, se atreve a romper esquemas clásicos del pop y crea una atmósfera cautivadora y superlativa. Su disco ‘El Mar querer’ sólo confirmó lo que ya se sabía, que esta artista aflamencada está en el top de la vanguardia musical. Lo mejor de Rosalía es el orgullo de barrio y, por qué no decirlo, de clase social. Chándal con tacones, claro que sí.








Por último tengo que hablar sobre Niño de Elche, el que para mí es el padre de todo un nuevo movimiento cultural sin precedentes. Transgresor, rupturista e indomable son alguna de las características de este artista ecléctico. Sin renunciar a su base flamenca busca romper las mismas. Una deconstrucción continúa de la misma y una odisea para romper ataduras métricas. Su desfachatez, su posición política en la extrema izquierda, su descaro continuo generan una antipatía/empatía que pocos artistas han logrado obtener (bueno sí, Albert Pla le supera). Niño de Elche es un mantra, una nueva filosofía, un nuevo dogma con aromas postmodernos, capaz de romper las cadenas de lo políticamente correcto.




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Fotografías de Dellafuente (camaracivica.es) / Rosalía (gacetalocales.com) / Niño de Elche (Esquire).