martes, 25 de diciembre de 2012

Isabel de Castilla, serie regia



Isabel, el camino de una nueva era.

Una de las grandes sorpresas de esta temporada para mí, en terreno audiovisual, ha sido la serie Isabel de RTVE. Su primera, y espero que no última temporada (se escuchan rumores de que no habrá más), ha sido espléndida, magnífica y muy lograda. Su reparto, aunque al principio tenía mis discrepancias (Michelle Jenner de Los hombres de Paco, Rodolfo Sancho de Amar en Tiempos en Revueltos, o Víctor Elías de Los Serrano, entre otros muchos), ha demostrado estar por encima de las expectativas  y manejándose con un guión soberbio ha manifestado que no hace falta un gran presupuesto para ser una gran serie.

Y es que, aunque se compara la serie Isabel con Los Tudor , por la cercanía de la edad en la que transcurre y por su desarrollo en las cortes, creo que las diferencias son notables, y no es una versión española de aquella inglesa.
Isabel tiene carácter y distinción propia. La política íbera de finales de Medievo era un hervidero de traiciones, guerras, y pactos clandestinos, sin lugar a duda un escenario perfecto para el espectador ansioso de chismorreos, peleas y demás afrentas personales, como es mi caso. Los personajes, bien labrados, tienen personalidad y desde Alfonso de Castilla hasta Juan II de Aragón, pasando por el arzobispo de Toledo Carrillo, cada uno de ellos demuestra una lógica adscrita a su preocupaciones, situaciones y por qué no decirlo, ambiciones. La historia que desarrolla la serie es bastante fidedigna a la real, y aunque muchas cosas se las sacan de la manga los guionistas, son condonados por relacionarlas bien y crear una armonía fantástica para dejar al espectador enganchado a la pantalla. 

Una serie 100% recomendable, y que demuestra que en España también se pueden lograr hacer series de gran calado sin, como mencioné antes, gran presupuesto.


sábado, 22 de diciembre de 2012

Privilegios del Pobre por Juan del Valle

Los privilegios del pobre 


El pobre es tonto, si calla;
y si habla es un majadero; 
si sabe, es un hablador; 
y si afable, es embustero; 

Si es cortés, entrometido;
cuando no sufre, soberbio; 
cobarde, cuando es humilde;
y loco, cuando es resuelto; 

Si valiente, es temerario; 
presumido, si es discreto; 
adulador, si obedece; 
y si se excusa, grosero; 

Si pretende, es atrevido; 
si merece, es sin aprecio; 
su nobleza es nada vista, 
y su gala, sin aseo; 

Si trabaja, es codicioso, 
y por el contrario extremo,
un perdido, si descansa… 
¡Miren si son privilegios!

Juan del Valle Caviedes