miércoles, 27 de noviembre de 2019

El Planeta de los Veganos



Si algo tiene de bueno ver las películas que han cumplido los 50 años de historia es que las puedes sacar de contexto y te pueden servir para hacer tu propia lectura interesada.

En 1968, cuando se estrenó 'El planeta de los simios', el movimiento por la libertad animal era minúsculo. Seguramente cuando Schaffner dirigió el largometraje no pensó en hacer hacer un manifiesto visual contra el maltrato animal. Pero cinco décadas después, una revisión más profunda pudiera dar fe de ello.

'El Planeta de los simios' narra la aventura de tres torpes astronautas norteamericanos que tras una misión espacial fallida vuelven a la Tierra, aunque ellos no lo saben y se piensan que están otro planeta. Cuando aterrizan ya han pasado más de 2000 años desde que despegaron (ya sabéis que los viajes espaciales son largos y entra sueño). El planeta en el que se encuentran está gobernado por simios, o mejor dicho por una evolución de los mismos (pista: ver 'El Origen del Planeta de los Simios' (Wyatt/2011)).

Ahora viene lo bueno, los simios tratan a los humanos como los humanos trataban a los animales, ya que según ellos no tienen capacidad de razonar. Por eso, cuando los simios se encuentran los tres astronautas los tratan como al resto de humanos: los matan, les hacen pruebas médicas de dudosa moralidad o los estudian. Charlton Heston, el más perspicaz y guapo de los tres, se rebela y comienza una lucha por liberarse de la tiranía simia. 

Los simios piensan que los humanos no se pueden domesticar y que hay que controlarlos a nivel demográfico, por eso los capturan y matan. Heston rompe los esquemas al ser capaz de hablar y comunicarse, esto hace que muchos simios entren en duda. Pero uno de ellos, el profesor Zaius (una versión de Dr. Mengele peluda), sabe que realmente los humanos pueden pensar por ellos mismos, pero que son malvados y que destruyeron su mundo, por eso hay que controlarlos. 

Heston, como buen héroe americano, escapa, fusila a unos cuantos simios y se marcha con la humana más guapa que encuentra. Pero al irse se da cuenta que el cabrón del profesor Zaius tenía razón. Los humanos no se dejaron aconsejar por la sueca Greta Thunberg y destrozaron el mundo. Puta vida.

La película está chevere, pero el trasfondo si lo ves desde una óptica animalista va como anillo al dedo. Los simios se comportan con los humanos igual que los humanos nos comportamos ahora con ellos. Sin derecho a nada, ni tan siquiera a vivir si procede. Control demográfico de las especies, ensayos clínicos aberrantes y pérdida de identidad, ¿os suena?

En fin, 50 años después 'El Planeta de los simios' sí puede ser un manifiesto contra el maltrato animal.