La primera cosa por la cual nunca pronunciaré palabra alguna, es aquella de la que desconozco, es decir, no hablaré de aquello que no sé, puesto que si dialogara sobre cosas que no tengo conocimiento sería un ignorante.
La segunda cosa por la cual nunca me veréis tener conversación, es aquella que no me importa, es decir, que no tiene transigencia alguna para mi vida, lo absurdo, lo idiota o lo in trascendental, ya que se dialogara sobre aquello que no tiene importancia sería un entrometido y un imbécil.
Por eso y ante vosotros pronuncio este juramento. Ea, que así sea.
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