"No nos hagamos demasiadas ilusiones. La victoria y la derrota vienen siendo páginas de la misma historia. Ambas se encuentran equidistantes del mismo punto de partida. Lo importante es acertar la dirección que conduce a una y otra. La victoria es alada, y no hay artista que con el cincel o el pincel no sea capaz de expresarla. Con o sin cabeza, la victoria es siempre bella, línea combada que descansa su arco en un grácil pie y que se lanza segura hacia el infinito. ¿Quién no la dibujaría o no la esculpiría en mármol? Pero la derrota, ¿como describirla? ¿Ha ensayado alguien plasmar en mármol el lodo o los gusanos rastreadores? Y en pintura, ¿qué luces darles a unos matices, cómo mezclar colores todavía no conocidos, por qué ninguno es el amarillo, ni el azul, ni el rojo del principio de la gama cromática?"
Joan García Oliver, El eco de los pasos.