A la sombra del Coloso
Creo que en este blog poco he hablado de videojuegos, el octavo arte. Es raro ya que he jugado a los mismos desde los 10 años. Bien es cierto que en los últimos años por motivos laborales y sociales no he tenido tanto tiempo como cuando era adolescente y las horas de juego en consola o PC se han limitado a 2 o 3 por semana. Tener poco tiempo ha provocado que la selección del vicio fuese más que necesaria, con lo cual tenía que pensar bien en qué gastar esas horas.
Uno de los juegos pendientes, desde hace 10 años, era la obra de Fumito Ueda: Shadow of the Colossus. Éste japonés está convirtiéndose en el Akira Kurosawa del mundo gamer. Sus trabajos están muy mimados, muy detallados, muy logrados. La historia pasa a ser un complemento más de la obra y no el eje principal, al igual que la jugabilidad. En sus juegos el conjunto es lo importante: fotografía, desarrollo argumental, música, ambientación y trasfondo. Esto provoca que sean obras maestras, ya que todo está en armonía.
Shadow of the Colossus tiene una profundidad espiritual rara avis en el universo gamer. No es un juego largo, lo cual a estas alturas de la vida se agradece, pero sí que requiere parar constantemente para disfrutar, admirar y reflexionar. La historia va sobre un chico llamado Wander (vagabundo) que quiere revivir a una chica llamada Mono. Para hacerlo, el joven guerrero hace un pacto con una entidad ancestral acordando de que si quiere resucitarla debe destruir 16 colosos. ¿Fácil? Parece hasta infantil, pero la trama poco a poco se enreda y lo que parece evidente se convierte en complejo y misterioso. Pero, no voy a hacer spoilers.
En definitiva, tras haber jugado a muchos videojuegos puedo decir, sin miedo, que la obra de Ueda es de obligado paso para cualquier fan del octavo arte.
PD: Hay un coloso inspirado en la obra 'El Coloso' de Francisco Goya. Casi se me caen las lágrimas.