domingo, 13 de diciembre de 2009

Réquiem de África

No descubro América, si digo que las vidas de las personas están llenas de altos y bajos, pues bien, supongo que yo estoy en unos de esos momentos bajos. Y es que no es para menos.

El otro día me dio por pensar en las labores de las ONG que van a África. Como la mayoría de los occidentales (Europeos y Yankies), me dio por alabar encarecidamente su labor, y pensar que no hay mayor acto de bien en el mundo que ayudar a los demás. Bueno, eso fue en un principio. Luego comencé a pensar en cuanto dinero se gastan los gobiernos y los contribuyentes poco anónimos (ya sabéis: famosos) en donaciones. Seguramente mucho capital. Pues bien, este capital se envía (o eso nos debemos creer) a el continente africano, para vacunas, alimentos, libros, etc. Pensé en un principio que eso es muy positivo, pero después de 22 años te das cuenta que la situación en el continente negro es más precaria cada día. Que cada vez hay más mafias, más tráfico, más delito. Y ¿cómo responden los modernos vecinos del norte? Pues enviando sus sobras para que puedan alimentarse y así no sublevarse, ya que si esta gente no tuviera nada de comer, quizás cambiarían las tornas, y no serían tan mansos. Pero claro, con un trozo de mierda de pan en la boca y un poco de agua no salubre, ya les hacemos felices. No nos engañemos señores, les estamos haciendo un flaco favor.

Con esto no quiero arremeter contra los voluntarios, que dentro del sistema, son los que tienen menos culpa, para no decir ninguna. Pero esta claro que su labor es en vano. ¿Estamos salvando a millones de personas vacunándolas contra el sida? No. Es posible que parezca extrema tal afirmación, pero cabe pensar que lo que hay que hacer no es enviarles vacunas, sino darles el poder para que ellos mismos las hagan, y para eso hace falta inversión, esfuerzo, y altruismo. Y ya sabemos, de que carecemos los occidentales.

Hay un proverbio chino que dice: “Si un hombre tiene hambre no le des un pescado, más bien, enséñale a pescar”.

Si de verdad, cosa que dudo mucho, queremos ayudar a esa “minoría” de millones de personas, empecemos a cambiar de mentalidad. Las sobras de las comidas están muy bien para los perros, pero el hecho de que su piel sea negra, no significa que debamos tratarle como a un perro.

Esta claro, que desde mi casa se ve todo muy fácil. Pero qué puedo hacer yo contra tal gigante. Nada. Únicamente no me engañaré, miraré por encima del muro, y cualquier imbécil que vea dar sus sobras y se vanaglorié de ello, lo vomitaré, lo ignoraré y lo repudiaré.

Feliz Navidad Europa.

No hay comentarios: