lunes, 12 de septiembre de 2011

Refundación de un movimiento


Refundación de un movimiento

El 15M ha marcado para muchos españoles un antes y un después. El movimiento ha logrado sacar los colores a más de un diputado y senador, y ha hecho medida de presión para que alguna de sus muchas iniciativas tire para adelante. Pero aun asíno se puede hablar de profundo éxito, las fuerzas se han ido agotando y las marchas, acampadas, concentraciones y asambleas han ido cesando debido al cansancio y el enroque por parte de los partidos políticos.
Parece evidente que los grupos políticos, en general, sólo les interesa el movimiento a la hora de recibir votos de ellos. La derecha en un principio pareció apoyar debido a la gran crítica que los indignados daban al gobierno socialista, pero al ver que ellos también eran muy criticados decidieron retirar lo dicho, ya que se estaba volviendo contraproducente. La izquierda, sin embargo, si que ha continuado su objetivo de derivar ese número de votos hacia ellos, pero prometiendo más de boca que de hecho. Esto demuestra que ni uno ni otro quieren hacer algo de caso a lo que se proponía en el movimiento en sí que únicamente era cambiar las reglas de juego y no los jugadores.

División en su interior
El movimiento Democracia Real Ya buscaba en sus inicios un sistema más justo, plural y equitativo donde el ciudadano fuera la piedra angular del estado. Pero este ideario pronto fue ampliado en las asambleas por medidas utópicas o ideas absolutamente revolucionarias. Todo ello dividió el movimiento en pequeños sectores aunque de ellos dos fueron los más destacados.
Los primeros, que les podemos denominar los Idealistas, se puede definir como aquel grupo de personas de tendencias políticas de lo más variopintas que buscan una solución revolucionaria y reaccionaria del sistema político. Muchas de sus repuestas a los problemas actuales son muy drásticas, entre ellas acabar con la monarquía, quitar el senado o nacionalizar bancos y un amplio sector empresarial, también muchos proponen campañas en contra del voto, y no sólo del PP o PSOE, sino de ninguna formación política.
Los segundos, y más moderados en sus medidas, se podrían denominar Realistas, y no porque tengan sentimientos afines hacia la monarquía, sino porque sus medidas son más aceptables en la sociedad común española. Buscan cambios menos drásticos pero que pueden ser aprobados por gran parte de los ciudadanos y son los que han asentado más el movimiento. Sus tendencias son más bien laboralistas, y más que definirse de un grupo u otro, buscan una mayor eficacia y eficiencia del sistema político gubernativo. Ellos han pedido que la gente voto, pero que su voto sea útil.

El camino
Los cambios son complicados, y más en un estado que se va acercando a los 50 millones de personas, para ello hace falta tener las cosas muy claras y lo más importante, saberlas vender bien. El obstáculo más complicado que tiene el movimiento del 15M es la carencia de los medios de comunicación. Las redes sociales son buenos medios para captar a un sector de la población, sobretodo a jóvenes parados, que de eso somos líderes mundiales, pero resulta ineficaz a la hora de llegar a todo el resto de personas. Nuestro Estado es muy plural, y muchos se fían más de determinado canal de televisión, periódico o emisora de radio, que lo que le pueda mostrar videos del Youtube o cualquier red social. Esto genera la necesidad de que el movimiento tenga medios de comunicación propios o cómo mínimo afines. Pero la pregunta que surgiría entonces es cómo lograrlo.

Refinamiento
Para crear una mayor cohesión hay que empezar a ser oficiales y para ello hay que plantar la cara y batalla. Recuerdo la primera asamblea que asistí donde dije, inocente de mí, que se debía crear un partido político. Fui abucheado por una amplia mayoría, los idealistas me catalogaron de vendido, trepa y no se que cosas más, los realistas de ingenuo. Estuvo claro que no fue ni el lugar ni el momento apropiado, pero en el fondo creía y sigo creyendo que esa es la vía más acertada. Ya han dado razones de peso los partidos políticos actuales de que no están dispuestos a bajarse del carro ni cambiar las reglas del juego que ellos, en nombre de la democracia, han establecido. Han dado palos por todos lados e incluso el movimiento se ha tachado de radical y anarquista, en el sentido más peyorativo de la palabra. De esto no han tardado en aprovecharse sus medios de comunicación que han mostrado a través de imágenes, muchas de ellas manipuladas, que el movimiento es un despropósito y algo propio de soñadores e ilusionistas.
Ahora es el momento de mover ficha, o mejor dicho de empezar a jugar con ellos, ya que aun no se ha empezado a jugar a su juego que es dónde más les puede doler. En mi opinión el movimiento, y para más puntualizar el sector realista, es el que debe comenzar a crear las bases de un partido político para poderles hacer frente, es ahí donde más daño les haremos. Un partido con una única ideología, la democracia. Un partido fuerte con unas bases estrictas, serias y reformadoras. Es el momento de revivir la democracia, es más, de refundarla. Los líderes no deben ser simples títeres a manos de intereses comerciales, más bien, personas rectas y sin tacha serias en su hacer. Para que no se corrompan debe estar toda la base, el pueblo, detrás suyo para recriminarle cualquier mala acción, y dejarle bien claro que las decisiones que tomará serán las que los ciudadanos han decidido.
Vivimos en el siglo XXI y con los medios tecnológicos a nuestro alcance no debería ser muy difícil que las decisiones importantes se puedan votar a través de la red con tu DNI, no pido que se vote todo, como muchas veces parece dar la sensación, únicamente pido el voto en las decisiones importantes y una mayor participación ciudadana al respecto. Los presidentes, alcaldes y demás responsables no tienen que ser los mejores políticos, pero sí los mejores administradores de nuestra sociedad y economía. Esto es como una comunidad de vecinos pero a lo grande.

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