sábado, 31 de mayo de 2014

¿Qué pasó con el PSOE?


El otro día un amigo me preguntó cómo Felipe González, que en los setenta cantaba la Internacional con el puño izquierdo levantado podía haber dicho que él era parte de la casta. La respuesta me la dio el Catedrático de Historia Contemporánea de la UNED Abdón Mateos López.


¿Qué pasó con el PSOE?


El PSOE quedó muy supeditado al gobierno, a través del control de Alfonso Guerra, quien a partir de 1979 se había cuidado de evitar cualquier discrepancia interna. Era un partido con pocos afiliados en proporción a su amplio número de votantes, con pocos veteranos y muchos recién llegados, que se incorporó masivamente a los puestos de responsabilidad de la administración, de tal manera que dos tercios de los delegados al congreso de 1990 tenían un cargo público. Esas circunstancias favorecieron la proliferación de casos de corrupción, que a menudo se beneficiaron de un mal entendido sentimiento de lealtad al partido, que impedía denunciar a los corruptos. La tendencia de los gobiernos socialistas a reducir los controles establecidos en la administración y a primar la contratación de compañeros de partido resultó también perjudicial en ese aspecto.




domingo, 4 de mayo de 2014

El entierro sindical


El entierro sindical         


El pasado 1 de Mayo de 2014 fue un día difícil de olvidar. Como tantos otros días del trabajador bajé a la calle a conmemorar la vaga sucedida en Chicago el año 1886. Para mi sorpresa no se había convocado una marcha, sino dos. La primera era a las 12h, poco numerosa y con un lema claramente anticapitalista. La segunda, liderada por CCOO y UGT, se convocó a las 18h, y la presencia popular era todavía menor.
Estaba estupefacto, la asistencia fue ridícula a ambas movilizaciones (he visto flashmobs con más presencia). Y, escuchando lo que decían unos y otros, se justificaban por la falta de la unidad obrera. Pero ¿realmente existe unidad obrera?

Durante mucho tiempo he pensado que los grandes culpables del estado sindical y laboral actual ha sido por CCOO, UGT, la patronal, Rajoy, Zapatero, y un sin largo nombre de personas y entidades que acampan el mundo social actual. Pero andaba equivocado, el principal culpable de la situación actual somos nosotros, los ciudadanos, que hemos permitido todo lo que ha pasado en los últimos años. La desidia y la comodidad de no hacer nada nos ha transformado en seres rutinarios y conformistas, donde sólo queremos elegir entre la puerta A o B, CCOO o UGT, PP o PSOE, Barça o Madrid,… Y el resultado es un sistema político podrido, un modelo sindical que hace agua, y un sentimiento social de fracaso. Todo culpa nuestra.

Pero hablando en concreto de los dos grandes sindicatos españoles, nos hemos lucido. Hemos permitido que se vicien hasta límites insospechables sin que ocurra nada. Ahora parece normal escuchar casos de corrupción por parte de las centrales en casos de evasión fiscal, estafa en las formaciones o EREs irregulares. Y lo peor de todo, parece que el cáncer va a ser imposible de extirparlo, son dos enfermos crónicos. Por más que intenten justificarse, el hecho de que haya más de un 25% de parados, una precariedad laboral juvenil sin precedentes, y una merma continúa de los derechos laborales, son síntomas claves de su declive. Ninguna dimisión importante. No han estado a la altura, no lo están, y como sigan así no les augura un gran futuro.

Pero como he dicho la culpa de esta situación, no es de Cándido Méndez o de Ignacio Fernández Tocho, ellos al fin y al cabo, sólo son dos piezas más del tablero. Nuestros representantes políticos y sindicales no son más que nuestro reflejo, y aunque cueste admitirlo la sociedad en su conjunto los ha elegido, y si no lo aceptamos es que tenemos un serio problema de visión. Pero como decía la abuela de un amigo mío: “si te engañan una vez es culpa suya, si te engañan dos, es tuya”, por lo tanto si se quiere cambiar las piezas del tablero se tiene que comenzar a trabajar en volver al sindicalismo puro, al de raíz.

¿Cuál es el objetivo principal de un sindicato? La defensa de los derechos laborales del trabajador. Al igual que una Asociación de Vecinos fomenta la cohesión vecinal y organiza a los ciudadanos del barrio para poder luchar unidos, el sindicato debe hacer principalmente lo mismo. Es precisamente en este punto donde muchos sindicatos vinculados a una determinada ideología, sea anarquismo (CNT y CGT), nacionalismo (BNG, ELA), o cualquier otra (USO), pierden la concepción fundamental de lo que debe representar el sindicato en la sociedad. Los trabajadores están hartos de palabras, quieren hechos, acciones que demuestren que la unidad laboral puede conseguir grandes logros (tumbar despidos en masa, creación de empleo, subida salarial, reconciliación laboral).


La unidad sindical nace desde abajo, y debe tener objetivos claros que pertenezcan al mundo laboral, si perdemos como sociedad ese concepto será prácticamente imposible unir a los trabajadores en unas mismas siglas. 

jueves, 1 de mayo de 2014

Fort Apache, la otra tertúlia

Hará ya casi un año que navegando por la web observé un enlace a un vídeo de youtube llamado Fort Apache. En el podía ver a Pablo Iglesias, el líder del nuevo partido Podemos, y a otros. El vídeo no era otra cosa que una tertulia política que duraba una hora aproximadamente y donde se debatía algún tema de interés Geopolítico. Lo interesante, aparte de los temas, era la forma de abordarlos. La seriedad, la rigurosidad y el nivel académico es impresionante, y muchas veces sólo hay que aplaudir a esa forma de hacer periodismo, ya que, a diferencia de algunas tertulias mañaneras clásicas que podemos ver en la Televisión, Fort Apache no trata de convencer a nadie, ni de hacer discursos populistas, más bien, cada uno dice lo que piensa y se funda en sus razones. Tertulianos como Juan Carlos Monedero, Manolo Monereo, Lola Albiac o Heriberto Cairo, entre otros, crean ese ambiente intelectual que tanto se hecha en falta en la Televisión convencional

Bien es cierto que el programa tiene también sus pormenores, entre ellos que a veces se desequilibra mucho el debate hacia la izquierda revolucionaria propia de cada uno, o que muchas veces se divaga en temas que poco tienen que ver con el inicial del coloquio. Igualmente, todo se compensa por un formato fluido y por la muy buena moderación de Iglesias, que sabe dirigirlo de una forma amena.

Os dejo el enlace a su web. Los programas se emiten cada semana, y se pueden ver a través de su canal en youtube.

http://www.fortapache.es/