viernes, 22 de mayo de 2015

Ave, Tarraco, morituri te salutan, crónica de los comicios municipales de 2015



Ave, Tarraco, morituri te salutan


Ya queda sólo un suspiro para que llegue el domingo 24 de mayo de 2015 y que vuelva el gran espectáculo político: las elecciones municipales y autonómicas (se celebran comicios en 13 CCAA). Como cada cuatro años, la antigua capital de una de las provincias de la Hispania romana, elige a su gladiator maximus, aquel que recibirá la corona de laurel de la ciudadanía.

Estas elecciones se presentan bien para el bicampeón, el veteranísimo Josep Félix Ballesteros (PSC), que desde su llegada a lo más alto del podio en 2007 no ha perdido la corona, y todo hace pensar que se ganará la gladius en estos próximos cuatro años. El socialista ha logrado caer bien a una gran mayoría de la población, con un discurso moderado, pocos cambios importantes, y con un proyecto de ciudad regio. Hábil en el cuerpo a cuerpo, Ballesteros parte muy confiado en su victoria, aunque todo hace presagiar que no será tan destacada como en anteriores ocasiones. El socialista ha vuelto a personalizar su campaña alrededor suyo, ‘Vota al alcalde’ es el eslogan que podemos ver pintado en las inmediaciones del anfiteatro. Los socialistas apuestan por más de lo mismo, de ahí que sea muy acertado que repitan el adverbio ‘más’ (‘mes’) en toda su campaña.
Pero la principal baza del decano gladiador no son sus proyectos más bien, es que sus contrincantes, por unas causas u otras, no están en esta riña a la altura de poder hacer sombra a su madurez y a su dilatada experiencia, lleva más de 30 años vinculado al ayuntamiento.

La casa Convergencia, o mejor dicho Convivencia ya que su gladiador ni siquiera pertenece al partido, es la que avecina una mayor derrota. Todavía cuelgan los estandartes del mítico gladiador Joan Miquel Nadal (alcalde desde 1989 hasta 2007) en sus paredes, un trapo empolvado y viejo que sólo les recuerda a viejas glorias. Mucho ha cambiado el paso del tiempo de esas victorias en la arena por 14 consejeros en 1991, ahora todo parece ser que, después de la derrota histórica de su gladiadora Victoria Forns en 2011 con 7 consejeros, todavía puede caer más aun, y ya ni siquiera optar a subir al segundo peldaño del podium. Las causas son varias, pero principalmente es la lucha interna que se desató dentro del partido, cuyo desenlace fue poner un candidato a dedo. La cosa hubiese ido bien si el candidato fuera potente, pero me temo que Albert Abelló es el alcadable ‘menos’ (‘menys’): menos carismático, menos ingenioso, menos hábil, menos experto, menos simpático. Su campaña ha sido propia de un partido de risa: vender salchichas a ritmo de rock’n roll, hacer un álbum de pegatinas de personajes ilustres de la ciudad y colorear su eslogan con letras infantiles. El alcadable Panini pega menos que sus cromos, el otro día lo pudimos ver en el debate en TAC12, mostró lo que es, una persona ajena a la política puesta a dedo, y que nunca ha tenido muchas ganas de estar en el ayuntamiento, algo que los aficionados de la gradas del coliseo no perdonan.

El tercer gladiador es un veterano, un sabueso del ayuntamiento y de la política municipal. Eterno aspirante al título, y eterno perdedor si no cambia mucho la cosa. Alejandro Fernández, el polifacético, el consejero, el diputado. Entra por tercera vez a la arena con pocas aspiraciones a la conquista del laurel, y no creo precisamente porque sea un mal orador, creo que de todos es el que más sabe manejarse con los medios, pero el discurso que trasmite es pobre, malo, y poco creíble. El Partido Popular pasa por horas bajas, y si a eso le sumamos el poco crédito que tienen en Catalunya, aboca a un fracaso inminente. El gladiador popular es uno de los más importantes de la casa con sede en Génova, pero dudo mucho que pueda aspirar siquiera a repetir resultado. La campaña vuelve a ser más de lo mismo, mucho dinero, mucha publicidad, mucho bombo, pero poco apoyo popular. Los ayuntamientos se conquistan calle a calle, barrio a barrio, y esta vuelve a ser la asignatura pendiente del empollón de la clase, el que se conoce al dedillo el funcionamiento del ayuntamiento. Ale si quieres ser alcalde tendrás que dejar de ser un honorable diputado para mancharte de barro en La Floresta y en Sant Salvador. 

La cuarta gladiadora es otra veterana, no tanto como Ballesteros, pero bastante conocida entre el público Tarraconense. Arga Sentís repite por ICV, y como ya hizo hace cuatro años, antes de entrar al coliseo ya ha tenido alguna que otra batalla en los anfiteatros locales de su partido. Si algo tengo que destacar de la candidata verde es su versatilidad ante las circunstancias, y que a diferencia de otros rivales, sabe moverse bien a larga distancia. La lástima es que la gladiadora ecosocialista es tremendamente conformista, y entra a la arena con una visión derrotista. Aspira a entrar en el ayuntamiento y poco más, y vuelve a aceptar ser el ‘pepito Grillo’ de Ballesteros. Sentís opta de nuevo por no querer moverse mucho, por no ser ambiciosa, por mantener un status quo. Tal vez plantear el combate a la defensiva le eche fuera de la arena demasiado rápido, pero quién sabe, que pregunten a Tarragona en Comú o Podem Tarragona.

Por último llega el turno de los aspirantes, en total son 7, pero con posibilidades a entrar en la Plaça de la Font sólo 3. El gladiador que parece estar más preparado para batallar es Rubén Viñuales, homo novo en la política municipal. El candidato naranja es el aspirante con más fuerza, y no es para menos reúne tres cualidades más que atrayentes: la primera es que está en un partido al alza en intención de votos, la segunda es que, mientras los otros estaban en el ayuntamiento haciendo y deshaciendo, los naranjas han estado pisando calle, sobre todo los barrios, y la tercera es que Ruben Viñuales no se ha mojado en nada en absoluto, tiene uno de los programas electorales más sosos, saborios, aburridos, y estériles que he leído. En parte a Ciudadanos Tarragona le pasa lo mismo que a sus homólogo estatal, se convierte en un partido descafeinado, que aunque porta tintes socialistas, denotan en la práctica un liberalismo rancio y seco, que poco recuerda a nueva política. Aun así, el aspirante liberal ha sabido subir a la ola de Ciudadanos y encararla a Tarragona, y no se descarta noche naranja la del domingo.

Hablando de colores, otro que no se descarta es el amarillo de las CUP, que a diferencia de hace 4 años presentan un equipo, un programa y un trabajo más uniforme. Al igual que los naranjas se han movido mucho, con acciones más que conocidas en el ámbito sanitario. Laia Estrada, la gladiadora amarilla, encauza al unisono el espíritu de las CUP. Han hecho una campaña plural, sin centrarse en su candidata, han empapelado la colonia tarraconense desde el Serrallo hasta la Mora, y han sacado músculo en sus eventos. Todo apunta a su entrada al ayuntamiento, aunque lejos sí de derrotar al decano socialista. El talón de Aquiles de las CUP sigue siendo el mismo: su implantación en los barrios, en especial en Ponent, un tercio de los habitantes de Tarraco viven allí, y todo apunta a que sangrarán en esa zona de la arena tan complicada para los independentistas. 

Hablando de independentistas, ¿quién hubiese dicho que ERC podría volver a aspirar a entrar al ayuntamiento? Hace cuatro años seguramente casi nadie, pero al igual que Ruben Viñuales de Ciudadanos, Pau Ricomà ha sabido encabezar una tendencia alcista en Tarragona. A diferencia de los otros gladiadores Pau se ha mostrado más austero, más táctico, más cauto. No ha hecho grandes magno eventos, más bien se ha centrado en sus posibles núcleos de votos. Su apuesta es sencilla, y bastante acorde con su posible representación, pero la grandes dudas son ¿rascará algo en los barrios obreros tarraconenses? ¿conseguirá obtener votos a los convergentes del eixample?

Por último tenemos a Ara Tarragona, que se presentan por primera vez a la arena del anfiteatro. La fórmula ha funcionado bien en otras localidades, destacando el anfiteatro de Reus, donde Ara, una marca de corte municipalista, consiguió 2 escaños. Con un carácter con tintes liberales Ara ofrece una alternativa huraña para la clásica política municipal, y presenta como gladiador a Emili Rivelles otro homo novo en la política. Tienen a favor su puesta en escena y su positivismo, algo que siempre ayuda en un proceso electoral, como manifiestan quieren sumar, ayudar, y mejorar, un mensaje en clave optimista que puede atraer a una parte del electorado de forma transversal. Sin embargo su armadura descubre un partido inexperto, con un líder poco conocido, y un programa disoluble en agua que no se sabe muy bien en que espacio ideológico identificarse.




Mi pronóstico

PSC 9-11
CIU 5-6
PP 5-6
Ciutadans 3-5
ICV 0-2
ERC 0-2
CUP 0-2


Mojándome un poco más

PSC 10
CIU 5
PP 5
Ciutadans 4
ERC 2
CUP 1

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