Frikismo
contra la monotonía
Seguramente
sea uno de los pocos que se alegra con la victoria de Antonio ‘El Tekila’ en el
programa ‘Got Talent’, o de la presencia de John Cobra entre los candidatos para
ir a Eurovisión, aunque es cierto. El motivo es que estos personajes, rocambolescos sin duda,
rompen la hegemonía audiovisual de triunfitos
y viceversa. Éstos personajes vienen
del mundo más underground de la sociedad, están algunos a la altura de Matías
el Humilde, Los pistoleros del eclipse, Ramón el Vanidoso, o la chica que la
liaba parda en la piscina. Algunos son esporádicos, otros están más asentados,
pero todas esas personas están dentro del circo del entretenimiento.
Creer
que ‘Got Talent’ es un programa donde se prima el esfuerzo, el sacrificio, y el
‘talento’ nunca mejor dicho, es caer en lo absurdo. Si bien es cierto que varios
de los concursantes son especialistas en su materia, también lo es que el jurado
no lo es. Pueden ser celebridades pero por supuesto no son maestros. Por poner
un ejemplo para ser un acróbata hay que estar años y años entrenando duramente,
ya sea a través del Circo, o a través de un gimnasio especialista. Ambos con
profesores acreditados y sabios en la materia. No es lo mismo tocar en un grupo
de música con los colegas, que cumplir cristianamente todos los cursos de un
Conservatorio. En definitiva, la televisión pide espectáculo no talento.
El
frikismo no deja ser una vertiente del espectáculo que va desde Cañita Brava a el
Tekila, pasando por Leonardo Dantés. Cumple una función de ruptura con la
lógica. Quizás Forocoches ejemplifica bien ese deseo de volver a lo absurdo, al
espectáculo por espectáculo. Lo cierto es que si no hubieran votado a ‘El
Tekila’ no estaría escribiendo estas palabras ni vosotros leyéndolas.
Larga
vida a lo absurdo.
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