jueves, 19 de julio de 2018

Gu Dexin y el mantra de la humanidad




Entrar en un museo es de las mejores experiencias vitales que te pueden pasar. Hace poco volví a disfrutar tal sensación al visitar la exposición Art and China after 1989 expuesta en el Museo Guggenheim de Bilbao.

La visión crítica de los artistas chinos del gran milagro económico del periodo 1989 a 2008, cuando celebraron sus artificiosos Juegos Olímpicos de Pekín, es sorprendente. China, el gigante asiático, ha sido objeto de debate en muchos foros y en muchas disciplinas artísticas. La diferencia de Art and China after 1989 es que esa crítica se hace desde una visión interior.

El debate de la globalización y la trituradora de culturas milenarias (como bien expresa Ai Wei Wei rompiendo en pedazos un jarrón de mil años de historia en tres fotografías) está hoy más vivo que nunca. Los nacionalismos se contraponen a la globalización como defensa de lo 'nuestro' y lo 'virtuoso'.

Pero desde una visión post-moderna no puedo hacer otra cosa que menospreciar a cualquier intento de mantener una cultura arcaica, a sabiendas que las culturas son vivas y no muertas, con lo cual negarse a su evolución es poco más que absurdo.

Más allá de la metafísica de barrio, quiero acabar con la obra 2009-05-02 del genio Gu Dexin. Un panel blanco lleno de caracteres chinos en rojo que repite una y otra vez, como si fuera un mantra, lo siguiente:

HEMOS MATADO HUMANOS
HEMOS MATADO HOMBRES
HEMOS MAADO MUJERES
HEMOS MATADO VIEJOS VIEJOS
HEMOS MATADO NIÑOS
HEMOS COMIDO HUMANOS
HEMOS COMIDO CORAZONES HUMANOS
HEMOS GOLPEADO A LAS PERSONAS HASTA QUE SE VOLVIERON CIEGAS
HEMOS REVENTADO LAS CARAS DE LA GENTE

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