Granadas de humo

Cuando piensas que las cosas van mal siempre pueden ir a peor. Esta frase parece que últimamente vuela, como cuervo a su presa, en el PSOE. Y la verdad, las cosas cada vez pintan peor para los que se nombraban gente de izquierdas (27% de votos según encuestas). Los años pesan y la cúpula socialista, únicamente vivificada por la figura de Rubalcaba ya no se tiene en pié, la gente esta harta. Harta de las mismas mentiras, de los mismos engaños, y de la rutina política que se traduce en corrupción contante.

Si lo pensamos fríamente, los políticos son gente de lo más rara. Especies, que por desgracia, no están en peligro de extensión. Pocos de ellos han estado trabajando en un oficio más allá de su juventud, la mayoría desde que pudieron entraron en las militancias de sus partidos, y ese primer espíritu de lucha se diluyó como una pastilla efervescente, cuando pasaron los años. Las comidas, los beneficios fiscales, y un sinnúmero de ayudas recibidas por sus propios partidos los ligaron y los transformaron en marionetas, que es al final lo que son. Una desgracia, lo sé, pero es esta gente la que nos gobierna.

Sin irme mucho del tema principal, el gobierno demacrado del PSOE ha decidido a empezar una serie de leyes absurdas para desviarnos la mente de lo que realmente importa en el país: el innumerable por ciento de paro (casi 5 millones) y la fusión de las cajas de ahorro, que se transforman en bancos. Un desastre vaya. Pues bien, el gobierno como respuesta ha sacado, y sacará, leyes para desviarnos la mirada, granadas de humo, entre ellas destacaremos la ley anti-tabaco, una puñalada a la hostelería, que hace tres años se gastaron una buena suma de capital para reformar sus locales, para que ahora les digan que esas reformas no sirven para nada. Otra es la anunciada este mes, donde el gobierno tomará medidas (como reducir la velocidad a 110 km/h) para hacer un ahorro energético, en respuesta a los problemas del norte de África. Medidas inoportunas donde las haya, ya que demuestran el poco criterio que tienen y la poca consideración hacia la población.