Después de la tormenta siempre llega la calma. Hoy 23 de Mayo de 2011 la urnas de las elecciones municipales de todo el país y de autonómicas en casi todas las zonas del estado han dejado claro lo que ya se sabía, el guión ya escrito hace tiempo, la derecha es la primera fuerza del país, y salvo en regiones históricamente proclives a nacionalismos o partidos nacionales, véase Cataluña o el País Vasco, en el resto del estado ha arrollado a una izquierda dividida y sin fuerza ninguna.
Porqué a muchos les sorprende que después de una semana de acampadas en el país, de manifestaciones y movilizaciones pase algo como esto, pues resumiré varios factores que pueden ser muy importantes:
-El primer y más preciso es que el votante de derechas es muy fiel, es una persona que siempre o casi siempre votará a su partido, en este caso el PP, y a diferencia de algunos votantes de izquierda no ejerce el voto de castigo.
-Segundo, y viceversa respecto a lo anterior, el votante de izquierdas sí que ejerce el voto de castigo, y esta vez ha sido claramente contra el PSOE.
-Tercero, no existe ninguna alternativa útil al PSOE en la izquierda. IU ya hace años que está en claro declive y salvo regiones andaluzas apenas tiene fuerza.
-Cuarto, las manifestaciones muchas veces han pedido la abstención, cosa que siempre favorece a los partidos grandes, ya que el hecho de no votar o hacerlo a partidos muy minoritarios suele acabar en una mayor amplitud de porcentajes de voto, en la suma de regidores, respecto a estos minoritarios.
-Quinto, el ilusionismo creado por el movimiento 15M ha sido espectacular, no se puede hablar de revolución cuando ni el 5% de la población española apoya, y esa utopía ha desembocado en decepción.
Creo que el movimiento de Democracia Real Ya es útil, y que a la larga será recordado como aquel punto de inflexión en el que el pueblo dijo basta, pero no perdamos la razón, España pronto alcanzará los 50 millones de personas, y el hecho de que medio millón salga a la calle, no significa que representa al resto. Es una lección, y creo que la única vía de escape es la creación de un partido fuerte y alternativo a los dos grandes, que sea efectivo y que resulte apropiado para una ciudadanía indignada, pero aún muy anclada en temas de asambleas y manifestaciones.
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Cuadro: La balsa de la Medusa, Géricault
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