La vuelta a Keynes
La historia del sistema capitalista triunfante desde principios de siglo XIX, basado en las antológicas reglas de Adam Smith, ha evolucionado mucho desde entonces. Parece que varias cosas han quedado patentes, y es que aún no se ha hallado el método más efectivo para poder domar a este ente abstracto hasta el punto en que todos sus ciudadanos puedan estar satisfechos.
Esta historia está marcada por numerosas crisis financieras, y a mi juicio podemos destacar 3 que han marcado notablemente el rumbo de nuestro presente económico y social. Las enumeraré brevemente.
El Crack de 1929
Antes de la crisis mundial de 1929 el sistema capitalista estaba guiado bojo los auspicios del sistema económico librecambista de los primeros economistas, entre ellos el citado Adam Smith, que entendía que el liberalismo económico era imprescindible para una economía más justa. Este sistema apenas estaba regulado por el Estado, eran las propias empresas las que guiaban el sistema financiero. Durante mucho tiempo este sistema resultó efectivo sobre todo cuando existía la paridad de la moneda con el oro, es decir, cuando había suficiente oro real como para en cualquier momento quitar el billete y devolverlo en metal. Pero el dinero generó dinero, y rápidamente el capital fue multiplicándose hasta cantidades inimaginadas,haciendo cada vez más complicado un sistema de paridad fija con un patrón de oro. Esto provocó una quiebra, el crack del 29’ y acabó con un sistema financiero basado en especulaciones de los valores de la Bolsa.
El dinero acabó de generar más dinero y trajo las míticas fobias de los trabajadores, es decir, paro, inflación desmesurada de los precios, bajada de condiciones laborales, etc.
La crisis de 1973
Después del crack de 1929 y de las segundas guerras mundiales, los estados occidentales vieron más factible un sistema financiero controlado a gran escala por el gobierno. El estado tendría numerosas empresas públicas y generaría unos beneficios que repercutirían en una sociedad de bienestar. Esta política llamada keynesianismo debido a su autor Keynes, provocó un incremento sustancial de la economía occidental, aunque en mayor medida en Europa que en Estados Unidos. Aunque tenía un punto negro, el cúmulo de potestad estatal hizo que a la par que se generaba máximo empleo la inflación subía a un ritmo muy alto y el déficit público aumentaba considerablemente. Este método fue una panacea para curar grandes males del capitalismo, como su paridad con el oro, que empezó a transformarse a través de un sistema bancario internacional, en un sistema de paridad flotante. Es decir ahora su paridad estará marcada respecto a las otras monedas, creando un complejo engranaje de sistema financiero, que en un principio estuvo muy ligado al dólar americano.
Todos estos cambios crearon una economía estable durante los cincuenta y los sesenta, pero después de la crisis de Suez y del conflicto árabe-israelí de principios de los setenta las cosas cambiaron. En 1973 el precio del petróleo se disparóprovocando una subida de precios desmesurados en los países occidentales, y una fuerte desestabilización en el Tercer Mundo. Todo ello quebró el mundo económico creado por el sistema keynesiano y propició el retorno del liberalismo económico, basado en la idea de la privatización de las empresas estatales y una menor regulación del mercado.
La crisis de 2008
Durante los siguientes años el mundo capitalista ha llevado un vaivén de inflaciones mayor o menor rango, y una serie de mini-crisis que donde más ha afectado a sido a los países del tercer mundo (el efecto tequila, o el corralito argentino), salvando quizás los países de Asía oriental, que a través de una incipiente entrada en un sistema de mercado, y jugando con unas reglas de industria de bajo coste ha sabido ubicarse, ocupando el espacio de países que comenzaban a desarrollar esa economía industrial de bajo coste, como eran los países meridionales de Europa, que es por esta causa que continúan en una profunda crisis.
En 2008 la burbuja financiera, basada en especulaciones, parecida a 1929, estalló, provocando una crisis mundial que desbarató muchos de las propuestas marcadas después de la crisis de 1973 y de las ideas neoliberales. Ante esta crisis muchos estados han adoptado la posición de volverse aún más liberales, dejando totalmente de lado al estado en el control financiero.
En mi juicio, estas medidas de extremar más el capitalismo neoliberal marcan el inicio de una ruptura de estabilización de los mercados, dejando totalmente de lado al ciudadano y volcándose plenamente en el ámbito empresarial. Cada vez los trabajadores son más mercancía reutilizable que personas humanas. Los medios de comunicación guían a las masas hacia un hedonismo ficticio, y el estado únicamente parece que está para proporcionar vacunas antirrevolucionarias en la población, provocando una sumisión histórica, y digo histórica debido al número de habitantes que somos.
Quizás sea hora de volver a prácticas más keynesianas, basadas en un mayor control por parte del estado de la economía. Durante treinta años este sistema fue efectivo, tal vez tenía algunas carencias, pero creo que a base de un estudio comprensivo de la realidad geopolítica se podría llegar a un mayor equilibrio económico y una vuelta al control del redil.
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